jueves, 24 de diciembre de 2009

Lesbianismo



Lesbianismo es el término empleado en español para hacer referencia a la homosexualidad femenina. La palabra lesbiana se utiliza para hacer referencia a una mujer homosexual, es decir, una mujer que se identifica a sí misma, o a la que otros caracterizan, por su deseo hacia otras mujeres.
El concepto de lesbiana empleado para diferenciar a las mujeres que comparten una orientación sexual es un constructo del siglo XX. Aunque la homosexualidad femenina se ha encontrado en muchas culturas a lo largo de la historia, no ha sido hasta recientemente cuando la palabra lesbiana ha comenzado a decribir a un grupo de personas. A finales del siglo XIX lossexólogospublicaron sus observaciones sobre el deseo y conducta hacia personas del mismo sexo, y distinguieron a las lesbianas en la cultura occidental como una entidad distintiva. Como resultado, las mujeres que se dieron cuenta de su nuevoestatus médico formaron subculturas underground en Europa y Norteamérica. El término lesbiana fue ampliado en la década de 1970 con la influencia de la segunda ola del feminismo. Desde entonces los historiadores han reexaminado las relaciones entre las mujeres, y cuestionan qué es lo que hace que una mujer o un relación puedan calificarse de lesbianas. El resultado de este debate ha introducido tres componentes a la hora de identificar a las lesbianas: conducta sexual, deseo sexual, o identidad sexual.
La sexualidad de las mujeres a lo largo de la historia ha sido en su mayor parte construida por hombres, los cuales han limitado el reconocimiento del lesbianismo, como posibilidad o expresión válida de sexualidad, debido a la ausencia de hombres en una relación lésbica. Los primeros sexólogos basaron sus caracterizaciones de las lesbianas en sus creencias de que las mujeres que desafiaban sus estrictamente definidos roles de género estaban mentalmente enfermas. Desde entonces, muchas lesbianas han reaccionado a su designación como marginadas inmorales mediante la construcción de una subcultura basada en la rebelión de los rols de género. El lesbianismo ha estado en ocasiones de moda a lo largo de la historia, lo que afecta a cómo las lesbianas son percibidas por los demás, y cómo se perciben a sí mismas. Algunas mujeres que realizan conductas homosexuales pueden rechazar la identidad lésbica por completo, y rechazar definirse a sí mismas como lesbianas o bisexuales.
Las diferentes maneras en las que las lesbianas han sido representadas en los medios de comunicación sugiere que la sociedad occidental en su conjunto ha estado simultáneamente intrigada y amenazada por las mujeres que desafían los roles de género femeninos, y fascinada y asombrada con las mujeres que se relacionaban románticamente con otras mujeres. Sin embargo, las mujeres que adoptan la identidad lésbica comparten experiencias que conforman un panorama similar al de la identidad étnica: como homosexuales, están unidas por la discriminación y el rechazo potenciales que sufren por parte de sus familias, amistades y otros. Como mujeres, tienen preocupaciones distintas a las de los hombres. Las lesbianas tienen la posibilidad de encontrarse con problemas de salud específicos. Las condiciones políticas y las actitudes sociales también continuan afectando la formación de relaciones y familias lésbicas.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Monjas lesbianas






Creo que de todos es sabido que las monjas me dan repelús. Más todavía que los curas, porque una monja tiene mi cuota de repelús religiosa, que comparten, mas la de la sexualidad enfermiza, que también comparten, mas el plus que les da ser la greba femenina de la Iglesia, un plus que tendrían también, por poner ejemplos, una asociación de mujeres machistas que, sobre los malos tratos a su género, respondiesen anticorporativamente “algo habrán hecho las que se llevan la hostia”.
Además, las monjas huelen raro y se depilan poco, e incluso durante la adolescencia aquellas monjitas de la pornografía de finales de los ochenta (ah, los ochenta), cantaban bastante a no-monjas, como por ejemplo la que sale en el primer capítulo de la primera temporada de Californication.
Es decir, que la única cosa buena que tienen las monjas es que a veces hacen rica bollería. Por bollería yo había entendido siempre cabello de ángel y pastelillos, pero el mundo, a veces, es un lugar maravilloso por contener a gente como a nuestro protagonista de hoy, que ayer casi me mata de la risa.
Te pongo en situación: este verano la Muchacha y yo nos fuimos a México. Allí fuimos de un lugar a otro, y desde cada sitio por donde pasábamos yo escribía unas alegres palabritas destinadas, mayormente, a dar envidia. Pero hubo un día en el que tal cosa fue especialmente difícil, porque el tema de aquella jornada fue la Venganza de Moctezuma. Y de pronto, hará cosa de una semana y pico, ese post ha cobrado una vida increíblemente absurda e incomprensible, cuando aparecieron primero una tal Karla contando sus problemas para perder la virginidad debido a la elasticidad de su himen(!?), y luego una graciosa pareja de trolls veracruzanos, que llegaron no sé si insultándome a mí o a un tal Ignacio. En fin, todo en el hilo de las respuestas del post en cuestión, aunque, lo advierto, no es lectura recomendable para aquellos alérgicos a la mala ortografía.
Y en fin, ayer alguien, en aquel hilo, hablando ya de monjas, respondió esto:
Pues, " hombres necios que condenais a una mujer ...." , no creo que piense en Sor Juana, la verdad; Solamente es que con el perdón tuyo, hay que leer e instruirse un poco y viajar donde vosotros jamás habeis puesto pie en el lugar exacto donde empieza uno a desarrollar la cultura como es (…). Muchas miles de Hermanas de muchas ordenes, sabeís señor mío, no reparan en tener sexo entre ellas , lesbianas o como se les llame, aunque no lo fueren , lo hacen. Y esto en los parajes mas apartados del mundo donde ustedes jamás han puesto un impulso de su pensamiento. Ni idea tienen, pues que DELIRIO más grande es vivir en el mundo más mediocre donde viven. EPÍLOGO: Miren a su alrededor.Y mírense a si mismos.
Y yo no puedo permitir que tan grande respuesta se quede perdida entre las respuestas de un post casual de agosto; esto se merece salir aquí, en primera línea, como poco. Por la redención del mito erótico de las monjas, y por el consejo del epílogo: mirémonos en el espejo. Deliremos. Y veamos monjas, lesbianas o no, montándoselo entre ellas. Y quizá así, si alguien comparte mi monjafobia, la próxima vez que veamos a una en lugar de un escalofrío nervioso se nos plante una sonrisa en la cara pensando que qué habrán hecho las pobres para merecer una reputación como aquella, allá en Veracruz, donde en cualquier caso siempre todo es tan raro.


viernes, 11 de diciembre de 2009

Impotencia sexual

La frígidez es una forma muy frecuente de impotencia sexual femenina. Consiste en una disminución o un colapso en el ritmo del apetito sexual.


Para algunos sexologos la frigidez no es más que la ausencia total de placer y de excitación sexual, durante el acto sexual, no importa quien sea su pareja. Para otros la frigidez es la asociación de una anafrodisia (ausencia de deseo) y de una ausencia total de placer y de excitación sexual.

La frigidez puede provenir de trastornos objetivos: exceso de trabajo, agotamiento, diabetes, neurastenia, intoxicaciones, etcétera. Pero generalmente, la causa de la frigidez es psicológica. Desde luego, resulta imposible dar una causa general; toda frigidez debe ser tratada según la persona que la padece.

Hay dos casos de frigidez. "Casos normales" y "casos anormales":

Frigidez normal:

Indudablemente, en el 90% de los casos la culpa es del marido... Muchas mujeres temen con verdadera angustia el mometo de irse a la cama. Y cuántos dramas secretos. Esas mujeres frígidas pretenden 'detestar el acto sexual físico' pero debieran decir más bien que detestan la forma en que el hombre entiende y realiza dicho acto. Lo cual es completamente distinto. Esta frigidez y este odio al acto genital son reacciones frecuentes que obsesionan a buen número de mujeres perfectamente constituidas. Bastaría muy poco, por parte del marido generalmente, para que cesase tal situación. Téngase en cuenta que se hace referencia a la mujer y al hombre normales.El hombre debe tener siempre presente como la mujer suele ser más profundamente sexual que él; y no olvidar que la mujer enlaza la afectividad con la emoción y la sensualidad. En muchos hombre el acto sexual se manifesta por un comportamiento rápido y casi mecánico que los hace llegar casi inmediatamente a la satisfacción genital. En cambio, para la mujer el acto sexual debe ser el resultado de una lenta progresión. Las mujeres necesitan caricias, de acuerdo, pero sobre todo, caricias del alma.La mujer aspira a la seguridad y a la ternura y necesita un respuesta efectiva y plena de comprensión; ella tiene que sentir una solidez mental en su compañero. Muchas mujeres tienen contrael marido resentemientos de los que no hablan jamás, pero que las roen y las conducen a la frigidez. Chocan con la falta de comprensión, con la imposibilidad de relajamiento, con la falta de ternura acariciadora, etc. Y también con el miedo de que "él" pueda considerar esas reivindicaciones femeninas como “tonterias de mujeres”.En la frigidez normal, la responsabilidad masculina puede ser de otro orden. Una mujer debe sentir, no el dominio o la debilidad de su compañero, sino su solidez física y mental. Por eso muchas mujeres permanecen o se vuelven frígidas porque el hombre es neurótico, agresivo, afeminado, hipernervioso, etc. En tal caso la frigidez es accidental y revela la imposibilidad de abandonarse a una fuerza masculina que no existe.

Frigidez anormal:

Los demás casos de frigidez muestran siempre trastornos de las personalidad. Lo mismo que en el hombre, suele ocurrir que la frigidez femenina sea provocada por sentimientos de inferioridad, los cuales impiden el relajamiento indispensable. Si el sentimiento de inferioridad es atributo de cientos de miles de mujeres, no es de extrañar que los casos de frigidez sean también tan numerosos.

Muchas de las mujeres frigidas son anormalmente combativas; se rebelan contra su papel natural.

Testimonios de mujeres frigidas anormales:

— “Jamás me resignaría a ser el juguete de un hombre”

— “Mi madre me ha repetido tantas veces que los hombres son malos que no consigo deshacerme de tal idea”

— “No tengo la suficiente confianza en los hombres para dejarme ir con mi marido”

— “Los hombres no piensan más que en su placer egoista”

— “Los hombres tienen demasiada suerte, la sexualidad les resulta muy fácil ¿acaso piensan en nosotras?
Tales mujeres anormalmente frígidas creen que la sexualidad es una especie de “competencia" en la cual hay un dominador y un dominado. El tratamiento de su frigidez depende de las causas que lo hayan provocado.

Es evidente que existen muchísimas causas de frígidez, como ocurre en los casos de impotencia masculina. Son frecuentes las fijaciones sexuales en situaciones de infancia, el apego mental a los padres que provoca infantilismo, la imposibilidad de satisfacción sin masturbación, ya sea personal, ya por el compañero, etc. Existen también aquí todas las perversiones, cuya satisfacción depende de la perversión “inversa” del compañero. Por ejemplo, una mujer masoquista necesita un compañero sádico, y recíprocamente